Tomando ventaja del cambio de nombre de esta sección, de Centros Culturales a Espacios Culturales,
aprovechándome de las bondades del colectivo letercermondiano y
haciendo eje en el vericueto donde se escapan los sentidos y se fugan
hacia otro lado, pienso, sólo por hoy, no hablar de ningún centro
cultural, sino de una obra de teatro, que, la verdad, me gustó mucho. No
lxs pienso engañar, esto no es una descripción del Centro Cultural El
Núcleo, es una simple crítica teatral.
Después de una jornada de estudio bastante Light, me fui para el
teatro. Me sorprendió ver tanta gente esperando para entrar y pensé “lo
que es tener un millón de amigos”. Si usted, lector/a, en este momento
piensa que mi lengua es gratuitamente venenosa, tengo a mi favor haber
estado influenciado por una nota publicada en Diagonales.com con la que me voy a dar el gusto de discernir.
Mi desconfianza hacia el proyecto se debía, en primera instancia, al nombre de la obra, Intersticios.
Recontra copado, canchero, pero cómo dar cuenta de todo el paradigma de
significación que puede disparar tamaño significante. La pregunta,
incontestable para mí antes de experimentar la puesta del grupo
Didascalia, ahora tiene respuesta: huyendo.
A través de la repetición de un texto, que siempre vuelve, generando
así la sensación que nunca avanza, la obra hace una primera grieta en la
lógica del tiempo teatral. El instante irrepetible en el que un actor o
una actriz interpreta un texto en un espacio y momento dado, dinámica
característica del género, se multiplica. Las escenas regresan, pero
siempre distintas. Estos nuevos sentidos se construyen desde ese
vericueto que cambia y transforma lo que ya habíamos escuchado. El
intersticio en el que emerge lo nuevo es el punto de fuga, de huida
constante. Esta huida es el modo de construcción que le da identidad a
la puesta.
La nota de Diagonales es tramposa. No empieza por el comienzo, sino
antes, cuando existía un grupo humano que se preguntaba qué hacer, pero
no una obra. Sería una buena forma de relatar la historia de la empresa
teatral, pero no refleja la fuerza de la obra que nace en ese instante
en el que la pregunta “somos un grupo de teatro, ¿qué vamos a hacer?”
encuentra respuesta. Según la nota, la idea inicial de la obra sería
“generar un material relacionado con lo que les estaba pasando [a lxs
actores y actrices]”. Si alguna vez se preguntaron eso, es difícil de
verlo en la obra, por lo menos en lo que a mí respecta. Intersticios pone en escena al Teatro, reflexiona sobre el mismo en escena desde la técnica teatral.
El subrayado de Diagonales.com que pone acento en “Lo que salió”, y
recuerda al dicho popular “como cayó, quedó”, es la exacta definición
del opuesto de la obra, que propone el constante cambio.
Hacia el final de la nota, la autora del artículo cita a la directora diciendo “me parece que la obra Intersticios
como obra fundacional del grupo los cuenta a ellos y los cuenta en ese
proceso de conformar el grupo, de buscar ideas, de conocerse y de
preguntarse ¿qué nos pasa ahora?”. Quizás esa reflexión la lleva al
título “Cuando la ficción se mete en la realidad”. No debemos por esto
pensar que nos vamos a encontrar ante una puesta realista, o en la que
lxs actores y actrices se representen a sí mismxs. La actriz Analía
Carlé nunca es Analía Carlé, desde que sube a escena huye
sistemáticamente hacia un posible opuesto identitario en el que se llama
Carlos pero enseguida fuga hacia otro lado. En Intersticios
todo es teatro, ningún objeto en escena puede ni podría mantenerse en la
estaticidad de lo real como estaba, porque todo siempre deviene otra
cosa.
Es mi deber advertir que los sentidos que le doy a la obra exceden en
gran medida a los que aquí expongo. Al actuar el teatro se vuelve
necesario el diálogo con la historia y las ideas de la humanidad
occidental. Este cosmos de significaciones se trasluce desde problemas y
motivos netamente teatrales, de la puesta en escena.
¿Puede un par de zapatos rojos tener más protagonismo en escena que
un monólogo de Shakespeare? ¿Puede tener algo que ver un par de zapatos
rojos con la lógica de producción capitalista? ¿Pueden estas preguntas
(y este artículo) tener algo que ver con lo que pasa cada domingo de
mayo cuando se representa Intersticios?
Espero que vayan al teatro y si alguien puede aclararme alguna de estas dudas, les agradecería el favor.
http://letercermonde.com/2012/05/13/espacios-culturales-puro-teatro/
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